EL TLC, LA POBREZA Y PUNTO FINAL.

"La política representa lo que debería ser, la economía representa lo que es".

El primero de enero entró en vigor el capítulo agrícola del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que estipula la entrada sin aranceles a este país de productos agrícolas como: maíz, fríjol, azúcar y leche en polvo. La aplicación de esta medida ha despertado los más oscuro augurios sobre el campo y agricultores en México.

Se dice que esta apertura es el tiro de gracia al campo nacional, que perderemos soberanía alimenticia y decenas de negras previsiones por las que desde la comodidad burocrática se exige al gobierno mexicano renegocie el TLCAN, obviamente estas llamaradas no están exentas del clientelismo político y de los beneficios en las cúpulas de las organizaciones que representan y/o dicen representar a los campesinos.

Sin embargo la mayoría de las declaraciones, argumentos y posiciones están más cerca de la política ficción que de la realidad económica y social, a estas alturas no podemos basar una discusión tan seria en meras suposiciones o creencias.

ANTECEDENTES.
El señalamiento más común es decir sin mostrar datos fehacientes que el TLCAN ha empobrecido al campo mexicano, sin embargo vale la pena preguntarnos cuando el campo mexicano ha sido rico. En la época precolombina los campesinos ocupaban la base de la pirámide social, solo encima de los esclavos. En la colonia las cosas no mejoraron y el ser campesino era sinónimo de pobreza y hasta esclavitud, vino la independencia las tierras y haciendas pasaron a manos nacionales, lo que supondría una mejora en el campo y, no los primeros años independientes solo sirvieron para crear un sistema de poco más de trescientas familias dueñas de haciendas y terrenos, tan solo Luis Terrazas en Chihuahua tenía más hectáreas que todo Suiza.

Un eje de la revolución fue la insostenible pobreza en los campesinos, al concluir la revolución se inició el más grande reparto de tierras de la historia y al que solicitaba se le dio un pedazo de tierra sin preocuparse si ese terreno tenía vocación agrícola, forestal o simplemente no servía. Posteriormente en la época de oro del PRI vinieron los apoyos gubernamentales de todo tipo, hubo subsidios para semillas, agua, electricidad, comercialización y hasta aseguradoras para las cosechas, se establecieron precios de garantía y el resultado: el campo pese a todo siguió siendo pobre.

Al firmarse el TLC se acordó un plazo de catorce años para capitalizar y tecnificar el campo mexicano, por eso Carlos Salinas creó el PROCAMPO que entrega subsidios en efectivo y asesoría, aunque cabe mencionar que por razones desconocidas Ernesto Zedillo y Vicente Fox no cumplieron con los incrementos acordados para PROCAMPO, pero también hay que mencionar que muchos de los recursos entregados a los campesinos para modernizar sus técnicas y tecnificar sus predios no se utilizó para eso, se convirtió en gasto corriente y en el peor de los casos en patrocinio de cervezas.

LO QUE NO SE HA DICHO.
Veinticinco millones de mexicanos viven en poblaciones rurales y dependen de las actividades agropecuarias, pero solo producen el cuatro por ciento del Producto Interno Bruto, lo que significa que la mayoría de los campesinos siembran no para vender sino para consumirlo. El sesenta y cuatro por ciento del territorio nacional es árido o semidesértico, lo que hace muy difícil que todas las tierras sean rentables a la hora de sembrar.

En el caso del maíz desde hace más de diez años se está importando buena cantidad sin pagar aranceles o tax. Se asegura que desde que se firmó el TLC la producción de maíz ha venido en picada, lo cual no es cierto. En mil novecientos noventa la producción nacional de maíz fue de quince millones de toneladas; en dos mil cinco la producción fue de veinte millones de toneladas.

En maíz blanco México es autosuficiente y hasta se exporta el excedente a Estados Unidos y Canadá. En maíz amarillo históricamente México ha tenido un déficit, la entrada en vigor de este capitulo solo elimina los aranceles porque debido al déficit desde fines de los setentas, México ha importado maíz amarillo aunque con altos aranceles.

Pero el déficit y la necesidad de maíz amarillo han sido tan altos que año con año el gobierno aumenta la cantidad de toneladas de maíz amarillo que se importan sin pagar aranceles. Cuando hace un año surgió la crisis de la tortilla el gobierno mexicano solo pudo frenarla importando una altísima cantidad de maíz sin pagar aranceles, así se pudo evitar la escases y contener el alza de la tortilla.

Se afirma que México ha perdido y perderá su soberanía alimenticia, dependiendo de Estados Unidos. Pero la realidad es que estamos muy lejos de eso. Desde hace tres décadas los economistas miden matemáticamente la soberanía alimentaria de los países, a esta "formulita" se le conoce como Índice AGR o coeficiente de dependencia alimentaria y se obtiene sacando el porcentaje que las importaciones agroalimentarias representan de las exportaciones totales. Para que se considere que un país depende alimentariamente de otro el resultado de la "formulita" debe ser igual o superior a 25. México obtuvo en dos mil, un siete y en dos mil cinco, un seis punto cuatro.

Argumentan que México destina poco dinero al campo. La realidad es que en proporción en casi similar a lo que invierte Estados Unidos y en cuanto a dólar por tonelada producida México destina treinta y dos veces más lana que los gringos. Es triste reconocer que Argentina destina menos dinero al campo que nuestro país y produce mucho más.

AGFLACIÓN.
Para demostrar los males que el TLC le ha generado a México sus detractores dicen que el aumento de los alimentos ocurrido durante las últimas semanas es producto del Tratado. Pero a nivel mundial se esta viviendo una agflación (inflación o encarecimiento de los productos agrícolas o materias primas). Desde el año pasado las publicaciones sobre economía más prestigiadas como New Cork Times, Bloomberg, Expansión, Fortune, The Economist, El Financiero, El Economista y muchos más han dado cuenta de la preocupación y alzas que ha generado esta agflación mundial, incluso en aquellos países que no tiene tratados de libre comercio con Estados Unidos o Europa. La agflación es cíclica y ocurre cuando los bienes del campo se revaloran, luego de determinado periodo de abaratamiento, es irracional que nos quejemos porque el kilo de tortilla esta a diez pesos y no digamos nada porque el
MINUTO a celular salga a dos veinticinco.

Los motivos de la agflación el alto precio del petróleo y por ende de la electricidad y transportes, el aumento en la demanda o necesidad de maíz para la producción de etanol y alta fructuosa. Producir un kilo de carne de res requiere ocho kilos de granos, llenar un tanque de gasolina con etanol implica utilizar el maíz que un estadounidense comería en un año.

LOS EXTREMOS SE ATRAEN.
Es bandera de los que se dicen izquierdistas progresistas decir que son defensores del campo y exigir que se renegocie el Tratado y quien no mantenga esa posición no puede decirse progresista y mucho menos de izquierda, lo genialmente absurdo es que los ultraderechistas de Estados Unidos exigen lo mismo, basta ver los discursos y posiciones los republicanos más recalcitrantes y conservadores para darnos cuenta de que los derechistas gringos piden los mismo que los izquierdistas mexicanos.

Peor, en México los senadores que han pedido públicamente al Presidente modifique el TLC afirman que con el libre acceso del maíz azúcar, etcétera subirán los precios de estos productos, lo que traerá una inflación terrible que aniquilará a los campesinos. Sin embargo los diputados y organizaciones afirman que los precios bajarán a niveles que aniquilarán a los campesinos, por fin los precios subirán o bajarán.

CONCLUSIONES.
La agflación es un fenómeno mundial, no es producto del TLC. Aún sin TLC México requiere importar maíz amarillo simplemente porque el que se produce en México no es suficiente para cubrir la demanda. No dependeremos de Estados Unidos para comer, al menos durante los próximos veinte años. El campo mexicano no es pobre por el TLC, siempre ha sido pobre. Sería mucho más conveniente que los líderes y políticos que tanto atacan al TLC analizaran con detenimiento el caso y en lugar de manifestarse contra los vecinos y socios comerciales, deberían dirigir sus mítines, discursos y manifestaciones contra China que no esta cerca, que no emplea mexicano que ilegalmente exporta chile, maíz y todo lo que puede, que no paga aranceles con México, en comercio el problema real es China no Estados Unidos.
Por cierto quién trabaja en los campos gringos, quién levanta las cosechas de maíz y fríjol en Estados Unidos, acertó los mexicanos que viven del otro lado.

PUNTO FINAL.
Murió Andrés Henestrosa, poeta, político, filólogo, narrador, ensayista, historiador, la mejor forma de conocerlo y homenajear su lucidez es leer su obra, recomiendo ampliamente " Andanzas, sandungas y amoríos", Edit. UNAM y Plaza y Valdés.

PABLO TORRES CORPUS.
torrescorpus@hotmail.com